Con Milan, y a lo loco




Esta imagen dio la vuelta al mundo, o por lo menos, sirvió para llenar minutos de tertulias y columnas de opinión. En ella se ve a la cantante Shakira, y al futbolista Piqué en el asiento del copiloto, con su hijo recién nacido en la mochila portabebé, y para más inri, sin abrocharse el cinturón de seguridad. A los papás primerizos se les llamó de todo menos bonitos. Pero de ahí a pedir la patria potestad de Milan, el bebé, hay un abismo. Y explico por qué.


En una tertulia radiofónica escuché cómo un culé y soltero defendía al futbolista afirmando que, a veces, las imágenes son traicioneras, y que seguramente nada más arrancar el vehículo, Piqué habría colocado correctamente al bebé donde narices correspondiera en un pispás. El silencio duró unos segundos. “¿Tú no eres padre, verdad?”, preguntó uno de los compañeros radiofónicos. “No, ni falta que hace”, respondió airado.

Y es que, queridos míos, desplazarse en coche con un bebé recién nacido requiere de estudios de arquitectura, ergonomía e ingeniería, por lo menos.

Todavía recuerdo como si fuera ayer aquel momento glorioso, en el que pretendía salir con la cabeza bien alta y orgullosa de mi nueva condición de madre por la puerta del hospital. Hacía un frío del carajo, y alguien había decidido que la mejor manera de llegar a casa era hacerlo en el coche de mi padre. Pues bien, nadie en la familia (yo incluida) se había tomado la molestia de leer el farragoso manual de instrucciones que acompañaba al capazo (así se llama el ‘asiento’ donde deben ir los recién nacidos) para poner rumbo al deseado hogar.

Ahí estaba el artilugio, sin anclar en ningún sitio, libre como el viento, sin estrenar… Tras varios improperios lanzados a mi pareja, a mis padres y a todo bicho viviente, no tuve más remedio que desandar el camino, regresar de nuevo al hospital y encontrarme de nuevo con las curiosas miradas de muchos de los que me habían visto partir victoriosa.

Pues bien, ni un ingeniero, ni un mecánico ni un curioso que pasaba por ahí tuvieron las santas narices de montar el capazo como dios manda. Supongo que el modelo de silla también importa, y que en el mercado seguro que venden este tipo de sillitas al estilo ‘Ikea para tontos’ (consejo para mamás primerizas: la elección de la silla, importa, y mucho).

En definitiva, y volviendo a la imagen de la polémica, repruebo la temeridad de los papis, pero desde aquí les transmito mi más sincera solidaridad porque, con un bebé en tus brazos, todo se complica, y nada es tan fácil como parece.

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