¿Garabatos en la pared? ¡No hay problema!

Garabatos y dibujos en la pared

 

Seguro que tu hijo ya ha descubierto el artista que lleva dentro. Y claro, no entiende de lienzos ni de cuadros, y trata de mostrar su talento en cualquier lugar de la casa, incluida la pared. ¿Ya te ha dedicado alguno? No te preocupes. He descubierto un sistema eficaz para eliminar los garabatos. ¡Y quiero compartirlo!




No es mi intención publicitar nada, pero estoy emocionada. He de decir que no soy muy mañosa en la casa, y que ignoro muchos de los potingues o trucos existentes orientados a facilitar los quehaceres del hogar. Pero ahí va mi sugerencia.

Hace tiempo compré una pizarra de rotuladores a mi pequeño tesoro. Al principio no había ningún problema. Disfrutaba coloreando y pintarrajeando el ‘encerado’ una y otra vez. Hasta que un día, y a pesar de sus generosas dimensiones, no fue suficiente. Mi niña empezó a pintar el marco, la parte posterior del soporte… ¡Hasta que un día descubrió el placer de pintar en la pared!

Para cuando me quise dar cuenta ya era demasiado tarde. Ahí estaba su obra de arte, abstracta, y cómo no, grande… demasiado grande como para ocultarla detrás del dichoso artilugio.

Os aseguro que cada vez que entraba en la habitación de mi pequeña, el corazón me daba un vuelco. ¡Con lo bonita que había quedado, con sus cenefas y su color rosa pálido! Y ahí estaba ‘eso’, una especie de mar-tierra-aire visto por los ojos de un niño. Vamos, el garabato.

Siempre que tenía un tiempo ‘muerto’ (rara vez), demasiado breve como para hacer algo serio y lo suficiente como para dedicarle unos minutos, me acercaba a ese rincón de obra abstracta para frotar y tratar de borrar esos círculos y rayas dibujadas a discreción. Pero en lugar de desaparecer, se emborronaba más y más. Hasta que un buen día…

Estropajos para borrar dibujos

¡Pam! Lo encontré. Como os he dicho, no soy de las que buscan productos de las estanterías de los supermercados. Pero ese día lo encontré. Un paquete en el que se podía leer: ‘Borrador mágico’.
Consta de tres estropajos por algo más de un euro que prometen eliminar los dibujos artísticos de los más pequeños de la casa. ¡Y funciona! Según comentó mi chico –os juro que fue él quien se ofreció a poner a prueba el producto-, lo mágico en verdad fue su brazo, que a fuerza de frotar, acabó con la pintura. Aunque sospecho que trataba de arrogarse el mérito de la hazaña.

Imagino que el producto (del Mercadona) estará disponible en muchos más sitios, con nombres y precios diferentes, así que se admiten sugerencias para comparar y solventar esos pequeños problemillas domésticos. ¡Y que viva el arte!

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