Adiós a los pañales… segunda parte


Han transcurrido varias semanas desde que escribí un triunfante post sobre los avances de mi pequeña en el control de esfínteres. Os hablé del descubrimiento del orinal musical sobre el cual deposité enormes expectativas, y la alegría con la cual le reservamos un hueco más en el mini baño de casa. Pues bien, me veo en la obligación de contaros los avances logrados hasta ahora. Ya os adelanto que las cosas de palacio, van despacio. Y que a veces para seguir avanzando, es necesario retroceder para coger impulso.

No pienso agobiarme. Y eso que conozco a varios niños que, a la edad de mi hija ya han dicho adiós a los dichosos pañales. Nota mental: ‘nunca compararás a tu hijo con el resto’. Y eso hago.




Días después de descubrir el orinal musical, acudí a una reunión en la escuela infantil donde se abordó el tema del control del pipí. Se trataba de una ordinaria, donde las educadoras avanzan la programación del último trimestre en la escuela infantil y nos ofrecen algunas pautas a seguir sobre algunos aspectos concretos. En esta ocasión, tocaba hablar de pañales. Yo ya estaba con la mosca detrás de la oreja, porque al entusiasmo desbordante de mi niña por su nuevo orinal se sucedió una negación en redondo a volver a usarlo. Hasta el punto que se ponía a gritar, chillar y correr en dirección contraria al baño cuando le sugería utilizarlo.

Pues bien, en dicha reunión nos dieron algunos consejos para lograr tamaña empresa. Y como suele ser habitual en mí, de toda la retahíla de sugerencias ofrecidas, me quedé con una frase contundente y reveladora: los pañales representan el último vestigio que queda de nuestro bebé. Una vez conseguido, podríamos decir que, oficialmente, ya son niños… Se me encogió el corazón.

Por supuesto que estoy deseando olvidarme de la dichosa celulosa ‘for ever’, pero al mismo tiempo, no puedo evitar sentir una nostalgia tremenda, os lo confieso. Y es que alrededor del cambio de pañal hemos desarrollado toda una liturgia de juegos y de risas de lo más divertida. Por eso considero que no es baladí que una de las recomendaciones ofrecidas por las profesoras pasa por proceder al cambio de pañal con nuestros hijos de pie.

Para mi tranquilidad, las educadoras comentaron que suele ser habitual que algunos pequeños que empezaron pronto a sentarse en el orinal, de repente dejen de querer hacerlo. Ése es el caso de mi hijita.
He de reconocer que hubo un momento en el que me agobié. Afortunadamente, se me pasó pronto. No conozco a ningún adulto que todavía use pañales para descargar sus necesidades, así que sólo es cuestión de tiempo.

Mi hermana, que de niños entiende mucho, ha sacado un libro de la biblioteca titulado ‘El libro de los culitos’, editorial SM, ideal para ir trabajando el tema. Lo leemos por las noches junto con el resto de cuentos que me demanda antes de ir a dormir.

Moraleja: Ya os lo adelanto. Atesorar orinales de varios tamaños y colores no es la solución (yo tengo tres, uno de ellos en casa de los abuelos). ¡Y otra cosa! Nada de organizar una despedida al pipí antes de arrojarlo por el wáter (he de reconocer que en un par de ocasiones actué de ese modo, para asombro de mi niña). ¿Acaso tú lo haces?

El orinal musical y el orinal adaptable

5 comentarios:

  1. No te agobies, Yoli! La clave la tienes tú misma cuando dices que no conoces a ningún adulto que necesite pañal. Yo creo que se trata de un proceso madurativo, más que de aprendizaje. En mi caso, Guzmán no está para nada preparado para dejar el pañal, y paso mil cuando las abuelas me dicen que si en verano, a quitarle el pañal, blabla. Se lo quitaré cuando vea que está preparado para ello, no antes. Mucha suerte!!

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  2. Muy útiles tus reflexiones! Especialmente en mi caso, porque Marco es unos meses más peque que tu nena y le van pasando más o menos las mismas cosas poco después que a ella. Todavía no hemos afrontado este problema... ¡Pero cuando lo haga no despediremos nunca al pipí cuando tiremos de la cadena, prometido! jaja
    Elena

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  3. Hola Lucía! Desde luego, prohibido agobiarse. Y como bien dices, la combinación verano-pañales es un mantra constante... ¡Y universal! Elena, me alegro de que las reflexiones te resulten útiles, sobre todo las despedidas a las micciones... ¡Noooooooo! Gracias a las dos!!

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  4. Adiós al pipí???jajaja... y queremos que los peques se comporten como adultos :) Ni comparaciones ni agobios, hay peques que después de varios años de despedir al pañal necesitan ponerse braguitas por las noches, por ejemplo...no tengo nenes pero disfruto del crecimiento de mis sobris como si fuesen míos y reconozco que en más de una ocasión me he visto como un bebé intentando explicarles cosas de mayores... y me encanta :) También me encanta tu blog y ver cómo aprendes junto a tu peque, eso...eso es ser mamá

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  5. Hola Guadalupe!
    Tienes toda la razón del mundo. Y desde luego, este blog no sólo puede interesar a mamás y papás primerizos, también a tíos y tías experimentados. Además, todos sabemos que nuestros retoños, cuando crecen, entre sus 'mejores amigos adultos' figurais vosotros. Y desde luego, vuestras experiencias nos pueden servir a tod@s a aprender y desaprender. ¡Gracias!

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