Cuentame un cuento

Érase una vez una ciudad de cuento. Se llama Guadalajara, y este fin de semana las vocales y las consonantes adornan balcones y palacios. El Maratón de Cuentos regresa una vez más con la maleta cargada de historias. ¿Te apetece escuchar alguna?

Se trata de una de las fechas marcada en mi calendario de ‘cosas importantes’ en varios colores. Una cita que, cada vez que tenía que escribirla en mi antiguo periódico o contarla a través de las ondas, disfrutaba como una enana (y creedme, no siempre era el caso), buceando en las historias que iban a ser contadas, indagando en la abultada bibliografía que la organización facilitaba, y sobre todo, acercándome con mi pequeña para ver cómo sus ojos se hacían cada vez más y más grandes para no perderse ni un detalle.

Hasta el mediodía del domingo podéis acercaros, pero lo más interesante de todo es que podéis hacerlo a cualquier hora. Porque siempre habrá un lugar en la ciudad donde podréis escuchar un cuento.

En esta edición, y ya van por la 22, la organización espera batir un nuevo récord de participación, aunque tampoco les preocupa (el año pasado se llegó a los 1.500 contadores y 15.000 escuchadores).

Yo me he acercado esta mañana con Nora, y además de bailar al ritmo de un ejército de tambores y ojear los distintos puestos de artesanía y cómo no de libros (sí, he comprado uno titulado 'Los 10 botones'), hemos visitado el puesto de las palabras. Allí no se acepta el dinero, sino que la moneda de cambio es la palabra. Consiste en elegir una cuartilla de poemas, adivinanzas o acrónimos (hay donde elegir), y a cambio, escribir otras en el libro de visitas. Mi niña ha escogido un molinillo en el que aparecían los términos 'agua, tierra, fuego y aire'. A cambio, he estampado mi firma y tres breves frases para la posteridad. ¡Qué bien me he sentido!

En definitiva, un plan para este fin de semana más que recomendable. Porque los cuentos que allí nos cuentan son de verdad.
¿Te animas?